Según el profesor Alejandro Carrera, miembro de la Cátedra PwC de Gobierno de las Organizaciones del IAE Business School, todo número uno, cada día al despertarse debe preguntarse:¿Qué es lo mejor que hoy puedo hacer para agregar valor a mi compañía?
La respuesta:
Ocuparse de aquello que si él no lo hace, nadie lo ejecutará.
De acuerdo con la investigación del IAE, siempre se registran diferencias entre lo que el CEO entiende como importante en su agenda (entendimiento) y lo que efectivamente realiza (prioridades).
«Lo que realiza describe lo que el directivo manifiesta como prioritario a la hora de decodificar su agenda; no es el total de su agenda», advierten.
En tanto, un estudio realizado por la Escuela de Negocios de Harvard y la London School of Economics sobre las agendas de más de 500 CEO arrojó que:
Los CEO con mayor cantidad de reportes directos destinan una mayor proporción de su tiempo de interacción con los empleados de la empresa e involucrándose en las operaciones internas.
No existe un efecto significativo en la proporción de tiempo dedicado a los outsiders (clientes, proveedores, etc.) o el número total de horas trabajadas. El trade-off parece darse principalmente entre el trabajo en equipo y el individual.
El tiempo que el CEO dedica a los insiders decae cuando el organigrama incluye al COO o CFO (aunque este último está casi siempre presente). La presencia de otros ejecutivos de reporte directo no parece ser correlativa con la asignación de tiempo del CEO.
En la cima, ¿Es posible el balance vida laboral-personal?
Dada la influencia que el número uno tiene en la organización, es importante que desarrolle una vida armónica, asegura el profesor del IAE Busines School
Ante las preguntas:
¿Cómo distribuye el número uno su tiempo entre sus responsabilidades laborales, su vida familiar, el deporte, el esparcimiento, la salud, su formación humana y profesional?
¿Lleva un estilo de vida armónico?
Los resultados de la investigación fueron paradójicos en promedio los CEO tienen un estilo de vida armónica:
Dedican el 54% de su tiempo a las responsabilidades laborales, el 27% a su familia, el 11% al deporte, esparcimiento y atención de su salud, y el 8% a la formación profesional.
Sin embargo, al analizar los CEO de manera individual resulta que un 65% de ellos reconoce que lleva una vida no armónica, un dato a tener en cuenta ya que si su vida cotidiana no está ordenada y carece de soporte afectivo, esto se filtrará hacia abajo e impactará en todos los niveles de la estructura.