Las concepciones evolutivas del Gobierno Corporativo muestran una dinámica constante en el trabajo donde los cambios que hacemos en el mundo cambian el mundo en el que vivimos. Ese mundo alternadamente cambia nuestra visión y los cambios que hacemos entonces, y así sucesivamente.
En un artículo publicado en Harvard Law School Forum on Corporate Governance and Financial Regulation, la profesora Lynne L. Dallas afirma que “los cambios en las concepciones fueron precipitados por crisis y cambios ambientales, así como por las respuestas a las complejas fuerzas macroeconómicas, condiciones competitivas, regulaciones o la falta de ella, y otros factores ambientales. Más importante aún, eran reflejos de la cultura y el pensamiento de la época, influidos por las opiniones de los líderes empresariales exitosos, la prensa empresarial, los inversionistas y los académicos”. Este proceso de aprendizaje define las concepciones evolutivas del Gobierno Corporativo al mirar hacia atrás y hacia adelante.
Los directivos también fueron influenciados por las prácticas de su industria y empresa, y sus antecedentes, por ejemplo en la manufactura o las finanzas, que influyeron en su percepción de los problemas que enfrentaba la empresa, las causas percibidas de los problemas y cómo responder a ellos. Además, una vez que las estructuras y estrategias fueron aceptadas en general, las empresas tenían más probabilidades de adoptarlas y menos probabilidades de abandonarlas, incluso si las circunstancias que originaron su adopción ya no existían. Tendrían tendencia a persistir hasta que una crisis económica o un cambio ambiental futuro causara una reevaluación.
A lo largo de los años, las empresas han tratado de aumentar su cuota de mercado, beneficios y precios de las acciones. Más recientemente, con el creciente poder de los mercados financieros, se han centrado en aumentar su autonomía y discreción al tratar de satisfacer las expectativas de ganancias trimestrales de los analistas de seguridad y las demandas de los accionistas a corto plazo.
La mayoría de los estudiosos del derecho toman el triunfo de la actual concepción de maximización de valor para el accionista como un buen Gobierno Corporativo, tan arraigado que es poco probable que cambie. Eso es un error. Las concepciones de buen Gobierno Corporativo cambian a lo largo del tiempo, y las creencias y circunstancias que produjeron a la actual están disminuyendo, estableciendo el estado para cambios de largo alcance.
La definición más amplia de Gobierno Corporativo permite considerar el período anterior a la dispersión de las preocupaciones sobre la participación, a fines del siglo XIX, cuando las cuestiones centrales eran los fideicomisos y la concentración de poder en unas pocas empresas.
El enfoque de la discusión fue el daño a los pequeños competidores y al público en lugar de accionistas. Por otra parte, durante distintos períodos, el poder de los gerentes autónomos y no propietarios fue visto por muchos, no principalmente como una fuente de autogestionamiento gerencial, sino como un medio para fomentar el profesionalismo gerencial y el surgimiento de estadistas industriales que servirían los intereses de todas las partes interesadas y de la sociedad.
Los accionistas públicos eran considerados inversores pasivos con importantes protecciones legislativas de los mismos, principalmente centrados en su rol como inversionistas. Fue sólo cuando la teoría de las agencias se generalizó y los inversores institucionales llegaron a controlar grandes participaciones en las empresas públicas que la gobernanza corporativa, como se definió de forma estricta, llegó a ocupar plenamente el espacio de Gobierno Corporativo con propósito, estrategias y estructuras centradas en la maximización del valor para los accionistas.