Durante los años 90, la industria minera se encontró bajo un detallado escrutinio público luego de una serie de derrames químicos, fallas de diques, y crecientes conflictos con las comunidades locales acerca de sus proyectos de desarrollo y exploración.

El concepto «Licencia Social para Operar» surgió en mayo de 1997 durante una conferencia acerca de Minería y la Comunidad en Quito, Ecuador, auspiciada por el Banco Mundial, y muy pronto entró en el vocabulario de la industria, la sociedad civil y la comunidad de negocios.

«La Licencia Social para Operar se basa en el grado en que una organización y sus actividades cumplen con las expectativas de las comunidades locales, la sociedad en su conjunto y los diversos grupos que la componen».

 

Tomando como ejemplo la industria donde surgió el concepto, en un proyecto de exploración minera, la LSO está enraizada en las creencias, percepciones y opiniones mantenidas por la población local y los grupos de interés vinculados al proyecto. Por lo tanto, la LSO:

  • Es “otorgada” por la comunidad.
  • Es intangible, a menos que se haga el esfuerzo de medir esas mismas creencias, opiniones y percepciones.
  • Es dinámica y no-permanente, porque creencias, opiniones y percepciones están sujetas a cambiar a medida que se adquiere nueva información.

Por lo tanto, la LSO debe ser ganada y luego mantenida. La diferencia entre aprobación (tener una opinión favorable, estar de acuerdo o satisfecho con algo) y aceptación (la disposición a tolerar, estar de acuerdo, o consentir) se puede demostrar como real e indicativa de dos niveles de Licencia Social para Operar, uno más bajo de aceptación y otro más alto. Mientras que el primero es suficiente para que un proyecto proceda y una mina disfrute de una relación tranquila con sus vecinos, el nivel más alto es más beneficioso para todos los implicados, incluyendo la industria en su totalidad.

La credibilidad de las compañías mineras se basa en el respeto mutuo, la honestidad, el diálogo abierto, la transparencia, el ofrecimiento de respuestas oportunas a las inquietudes de la comunidad, la divulgación de información y la constancia y el carácter predecible del comportamiento ético de las compañías. La obtención de la LSO es un factor esencial para reducir los riesgos de conflictos sociales y para mejorar la reputación de la compañía.

 

La Licencia Social para Operar no alude a un contrato o documento formal, sino a las características reales o actuales de credibilidad, confiabilidad y aceptación de las compañías y sus proyectos. Las partes involucradas otorgan la LSO en base a la credibilidad de la compañía y al tipo de relación que ésta crea con las comunidades.

 

¿Cómo se puede obtener la Licencia Social para Operar?

No existe una fórmula única para que las compañías obtengan y conserven la LSO. Sin embargo, son necesarios algunos principios, como el establecimiento de buenas relaciones, que tienen como base:

  • El respeto mutuo
  • La comunicación abierta
  • La inclusión de todos los involucrados
  • La honestidad
  • La divulgación total de información
  • La transparencia de los procesos de exploración y explotación mineras

 

La LSO sólo está asegurada cuando se han establecido buenas relaciones. La Asociación Canadiense de Prospectores y Empresarios advierte a las compañías mineras que el hecho de proporcionar bienes materiales “no es necesariamente lo que las comunidades quieren o buscan para cumplir los objetivos de sostenibilidad a largo plazo” y les recomienda “involucrar a la comunidad en la discusión sobre los riesgos, costos y beneficios, reconocer las necesidades y oportunidades y discutir los compromisos”. Además, aconseja que las empresas mineras “interactúen con las comunidades, los pueblos aborígenes, las organizaciones, los grupos e individuos sobre la base del respeto, la inclusión y la participación significativa”.

 

¿Por qué es necesaria una Licencia Social para Operar?

La falta de LSO está asociada con conflictos sociales, retrasos en los proyectos, pérdida de maquinaria por actos de vandalismo y cierre de operaciones. Aunque es poco frecuente el cierre definitivo, pueden presentarse retrasos que incrementan los costos del proyecto.

Las empresas mineras necesitan, tanto desde el punto de vista financiero como operativo, que sus proyectos se desarrollen sin interrupciones; por ello, la LSO puede ser considerada como una forma de seguro.

Actualmente, varias organizaciones internacionales e industriales reconocen ampliamente en sus directrices y recomendaciones la importancia de obtener y conservar la LSO. Por ejemplo, 74 instituciones financieras han adoptado los Principios Equator, que son “un marco de administración del riesgo crediticio para determinar, evaluar y gestionar el riesgo ambiental y social en transacciones financieras de proyectos”. Estás 74 instituciones financieras se han comprometido a otorgar préstamos únicamente a aquellos proyectos cuyos patrocinadores puedan cumplir con las políticas y procedimientos sociales y ambientales de los Principios Equator.

La International Finance Corporation (IFC), Rio Tinto y Deloitte también han desarrollado una Herramienta de Evaluación Financiera (FV Tool) para ayudar a los responsables en la toma de decisiones a tener una idea más clara de las diferencias de rentabilidad entre distintos proyectos de inversión social, y para asistir a las compañías en la elección de la mejor cartera de inversiones en este tipo de proyectos.

 

Fuentes: Realidad Minera

Licencia Social para Operar (Ian Thomson /Robert Boutilier)