La Transparencia se basa en brindar la mayor cantidad de información posible, tanto hacia adentro de la organización como hacia fuera. Por esta razón es entendida como el principio generador de mecanismos que evitan el derroche innecesario de recursos, las actividades encubiertas, la imprevisión, la discrecionalidad arbitraria, el nepotismo y el abuso en el ejercicio de funciones de poder.

El 5to Principio de Gobierno Corporativo de la OCDE define que: “El marco del gobierno corporativo garantizará la comunicación oportuna y precisa de todas las cuestiones relevantes relativas a la empresa, incluida la situación financiera, los resultados, la propiedad y sus órganos de gobierno”.

En el mismo se establece que la información a divulgar debe incluir, como mínimo, la relativa a los resultados financieros y de explotación de la sociedad, los objetivos de la sociedad, política de remuneraciones aplicada a los miembros del Consejo y directivos principales, factores de riesgo previsibles, entre otras.

La información deberá ser elaborada y divulgada con arreglo a normas de alta calidad en materia de contabilidad y revelación de información financiera y no financiera.

Asimismo, la OCDE advierte que los canales utilizados para divulgar la información deben garantizar un acceso igualitario, puntual y asequible por parte de los usuarios a la información de interés.

Indudablemente, el primer paso hacia la transparencia consiste en generar una estrategia comunicacional a largo plazo con reglas claras y precisas. Una organización es más confiable en forma proporcional a la transparencia con la que informa a los diferentes stakeholders y a la sociedad.

 

Para una empresa, ser transparente es ser rentable

Una organización que procura un alto estándar de transparencia de la información, contribuye a mejorar la confianza de sus inversionistas y del mercado en general, allanando el camino para su futura emisión de bonos. Hoy los diferentes públicos están altamente informados y se han convertido en actores con una alta exigencia de contenidos informacionales de calidad. Al estar plenamente informados, especializados e hiperconectados en tiempo real, hoy los stakeholders se han convertido en grupos de presión muy potentes, con una gran conciencia social que exigen a las organizaciones cada vez más.

Todo indica que la globalización está reuniendo a la opinión de organizaciones civiles, los consumidores, los sindicatos, los inversores, los medios de comunicación, los clientes, los proveedores y a los propios trabajadores en una misma mesa en demanda de información financiera y no financiera para establecer canales reales de comunicación que permitan un diálogo provechoso entre todos los actores.

 

No basta con serlo hay que también parecerlo

Los escándalos financieros y contables de los años noventa y principios de los ochenta, con la consecuente pérdida de confianza en el mundo empresarial y los mercados financieros, derivaron en un cambio social donde los usuarios exigen a de las organizaciones un comportamiento ético y transparente.

Los principios y directrices reconocidos internacionalmente como las líneas rectoras de la OCDE, los diez principios de la iniciativa del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, la Norma ISO 26000, la Declaración tripartita de los principios sobre las empresas multinacionales y la política social de la OIT, los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre empresas y Derechos Humanos convergen en la necesidad de poner orden en la información: en qué hay que decir y cómo decirlo.

El Global Reporting Initiative (GRI) de las Naciones Unidas tiene el objetivo de crear pautas generales que sirvan de guión a las diversas organizaciones para suministrar información a sus heterogéneos stakeholders sobre sus impactos económicos, sociales y medioambientales.

 

La segunda década de este siglo marca el auge de la presentación de la información financiera y no financiera.

 

En España, la Ley de Sociedades de Capital (2010) obliga a los administradores de la organización a formular las cuentas anuales y el informe de gestión. La Ley de Economía Sostenible (2011), concretamente en el artículo 39, menciona que «las sociedades anónimas podrán hacer públicos con carácter anual sus políticas y sus resultados en materia de responsabilidad social empresarial a través de un informe específico» y que, para las sociedades anónimas de más de 1.000 empleados, este informe específico «será objeto de comunicación al Consejo Estatal de Responsabilidad Social de las Empresas (CERSE)». Además, se pide que estos informes estén de acuerdo con los estándares internacionales y que las empresas señalen si sus informes están verificados por terceros.

El Pacto Mundial de Naciones Unidas puso en marcha una nueva iniciativa con el objetivo de crear un catálogo de informes de responsabilidad social y ciudadanía corporativa, de este modo, las entidades adheridas elaboran anualmente un informe con el fin de promover la transparencia y el intercambio de las prácticas corporativas. El objetivo es crear una base de datos que sirva de apoyo, tanto al mundo académico como corporativo, de prácticas empresariales transparentes en materia de responsabilidad social.

 

Fuentes: www.oecd.org Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)

Descargue desde aquí el PDF de los Principios de Gobierno Corporativo de la OCDE y del G20 2016 en español

Forbes ¿Puede un negocio ser transparente y exitoso a la vez?