Esta nueva serie de artículos es una suerte de digesto donde el lector podrá encontrar una síntesis de la Guía Práctica de Gobierno Corporativo elaborada por ODCE, IFC y GCCF, basada en las Experiencias del Círculo de Empresas de la Mesa Redonda Latinoamericana.

Una gestión eficiente depende de la responsabilidad de quienes toman decisiones y de los empleados, y de la comunicación puntual de información relevante a quienes la necesitan para desempeñar sus funciones. El deseo de lograr mejores resultados operativos y aumentar la productividad es otra fuerte motivación para que las empresas mejoren sus prácticas de Gobierno Corporativo.

Probablemente, gerentes, directores y accionistas podrán tomar decisiones más informadas, rápidas y mejores, cuando la estructura de gobierno de la empresa les permita una comprensión cabal de sus respectivos roles y responsabilidades, y los procesos de comunicación se regulen de manera eficiente y eficaz. A su vez, esto debería mejorar significativamente la eficiencia de las operaciones comerciales y financieras de la empresa en todos los niveles. El Gobierno Corporativo de alta calidad optimiza todos los procesos comerciales, lo que lleva a un mejor desempeño operativo y a una reducción del gasto de capital que, a su vez, puede contribuir al crecimiento de las ventas y los beneficios.

Numerosos estudios académicos empíricos han demostrado que el buen Gobierno Corporativo conlleva muchos avances que contribuyen a mejorar el desempeño general de las empresas

“El Gobierno Corporativo se ha desarrollado y formado en el contexto de empresas modernas, con una participación muy transparente de los accionistas minoritarios. Todo esto ha resultado en el aumento de su agilidad, su nivel de eficiencia y su modernidad, lo que ha sido indudablemente muy beneficioso para la empresa.”

Eduardo Borges Andrade, CCR, accionista, director y presidente del Comité de Gobierno Corporativo

Al contar con un proceso estructurado, con una descripción clara de los derechos, las responsabilidades y las estructuras de toma de decisiones, las empresas están mejor preparadas para evitar conflictos de intereses y adoptar decisiones más informadas.

La responsabilidad es clave

La mejora de los resultados operativos y una mayor claridad al dar cuenta de las operaciones de la empresa, son factores igualmente importantes para mejorar la reputación. Si bien son intangibles, la reputación y la imagen de una empresa son parte integral de sus activos. Las empresas que respetan los derechos de accionistas y acreedores, y que garantizan transparencia y responsabilidad financiera, serán vistas como defensoras de los intereses del inversor. Como consecuencia, es probable que dichas empresas sean tenidas por buenos ciudadanos corporativos y que, por ende, gocen de mayor confianza y “fondo de comercio”.