Existen marcos internacionales establecidos que orientan las mejores prácticas en los sectores público y privado.
I. La Convención de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) de 1979, ratificada por 187 Estados Miembros de las Naciones Unidas.
II. Las Directrices de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre género en la política de empleo, que promueven prácticas e iniciativas políticas relacionadas con el género en el empleo; (Nº 100) y el Convenio sobre la discriminación (empleo y ocupación), 1958 (núm. 111), que establecen principios rectores para las políticas, la legislación y las prácticas en el lugar de trabajo en la promoción de la igualdad de género. Muchos países han ratificado uno o más de estos convenios y han incorporado sus disposiciones en el derecho nacional.
III. Los Principios de Empoderamiento de las Mujeres, una iniciativa conjunta del Pacto Mundial de las Naciones Unidas y de ONU Mujeres, presentada en 2010, con el apoyo de más de 1.300 empresas comprometidas con:
- Establecer un liderazgo corporativo de alto nivel para la igualdad de género
- Tratar a todas las mujeres y hombres de manera justa en el trabajo
- Garantizar la salud, la seguridad y el bienestar de todas las trabajadoras
- Promover la educación, la formación y el desarrollo profesional de las mujeres
- Implementar prácticas de desarrollo empresarial, cadena de suministro y comercialización que capaciten a las mujeres
- Promover la igualdad mediante iniciativas comunitarias y promoción
- Medir e informar públicamente sobre los avances en la consecución de la igualdad de género
IV. Los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre las empresas y los derechos humanos, introducidos en 2011, que constan de tres pilares:
- La obligación del Estado de proteger los derechos humanos, incluso en el lugar de trabajo
- La responsabilidad corporativa de respetar los derechos humanos
- El acceso a la reparación
V. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, introducidos en 2015, que incluye el objetivo 5: lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y niñas, y metas específicas de género en los otros 16 objetivos.
VI. El Panel de Alto Nivel del Secretario General de la ONU para el Empoderamiento Económico de la Mujer, establecido en 2016.
A pesar de la creciente evidencia que apunta a los beneficios de la igualdad de género, el sector privado aún no está suficientemente implicado, al menos de una manera más activa.
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