Panamá aún tiene un camino por recorrer para un buen gobierno corporativo y enfrenta desafíos que giran en torno a varias aristas entre estas, mayor educación y capacitación de los miembros de la juntas directivas.
De acuerdo con Carlos Barsallo* Panamá fue evaluado sobre Gobierno Corporativo por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y se encuentra en la media por arriba de países como Costa Rica y El Salvador, pero por debajo de Colombia y Brasil.
«La evaluación sobre el grado de cumplimiento de los principios de gobierno corporativo de la OCDE (ROSC) por Panamá fue efectuada en el año 2004 por el Banco Mundial a petición nuestra cuando era presidente de la Comisión Nacional de Valores de Panamá».
La experiencia demuestra que para alcanzar cualquier cambio efectivo y real, no cosmético, en gobierno corporativo debe haber voluntad real de todas las partes, especialmente gobierno y lideres del sector privado. El caso panameño demuestra que dicha voluntad no se ha concretado plenamente, tenemos el diagnóstico y las recomendaciones de cómo proceder. Lo que falta es la acción decidida.
No obstante, en un aspecto positivo, los últimos 10 años demuestran también el trabajo perseverante de personas interesadas e instituciones como el Instituto de Gobierno Corporativo de Panamá.
Recalcó que uno de los puntos específicos que se deben mejorar es la incorporación de Comités de auditorias para las empresas públicas lo cual hoy en día solo es obligatorio para los bancos y también se recomendó que se vuelva a tratar el tema de la regulación en cuanto a los poderes de votos para cuando una persona cede su derecho se eviten abusos.
Barsallo explicó que todas las empresas tienen gobierno corporativo, ya se malo o bueno.
Destacó además que «los beneficios de un buen gobierno corporativo para los accionistas es que se podría garantizar no hay abusos de quienes tienen mayoría. Mientras que lo positivo para el país es que cuando las empresas tiene un bueno modelo esto se traduce en mas riquezas, mayor liquidez y un mercado de valores más profundo y liquido, algo que se necesita en Panamá».
* Director del área de Riesgo, Ética e Independencia de Deloitte Panamá
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