Los expertos en ética empresarial consideran que el «Tone at the top» es el factor decisivo que moldea la cultura organizacional para prevenir el fraude y otras prácticas antiéticas.

Tone at the top, Tono en la cúpula, en la tapa o en la parte superior son expresiones surgidas en el ámbito de la contabilidad, utilizadas para describir el clima ético general de una organización, según lo establecido por su directorio, comité de auditoría y la alta dirección.

El concepto se originó en las firmas de auditoría, donde se hacía referencia directa a la actitud del liderazgo superior de una organización hacia los controles financieros internos. Se popularizó a raíz de una serie de grandes escándalos de contabilidad empresarial y adquirió mayor énfasis en 2002 con la Ley Sarbanes-Oxley. Actualmente se aplica de manera amplia, como en los campos de gestión general, seguridad de la información, desarrollo de software y ley, y se utiliza a menudo para describir la cultura corporativa general establecida por el liderazgo de una organización.

El buen tono «desde arriba» se considera un prerrequisito para el gobierno corporativo sólido. Se ha dicho que los consejos de administración tienen un doble papel: crear códigos de conducta y vivir por ellos.

 

tone at the top

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Responsables somos todos

El buen tono organizacional se establece a través de políticas, códigos de ética, compromiso con la contratación de empleados competentes y el desarrollo de estructuras de recompensa que promuevan buenos controles internos y una gobernabilidad efectiva.

En un análisis del liderazgo ético, KPMG[1] describió a los líderes éticos como aquellos que son receptivos a las preocupaciones éticas de los empleados, valoran la ética y la integridad sobre los objetivos comerciales a corto plazo, y responden apropiadamente si se dan cuenta de conductas impropias. 

Los auditores suelen entrevistar a los líderes de una organización como parte del trabajo de campo de auditoría con el fin de evaluar el tono en la parte superior, porque el tono pobre se asocia con malversación.

Grandes conjuntos de datos pueden revelar patrones que no pueden ser observados por muestreo tradi­cional. Las preguntas más frecuentes de los auditores hacen referencia a: «Cómo se compensa la junta, qué activo es el comité de auditoría», «cuál es la naturaleza de la cultura corporativa de la organización», «qué presiones hay para lograr metas de ventas y ganancias» «Hacer que los empleados entiendan sus responsabilidades individuales por los controles», «los controles de monitoreo señalan los fallos de manera oportuna para que se puedan tomar acciones correctivas», y «hay evidencia de que se cumple el código de ética del empleado.»

El artículo de The New York Time «When Money Gets in the Way of Corporate Ethics» comparte escándalos y delitos de cuello blanco por falta de tono en la parte superior como Wells Fargo y Barclays Bank.

Dime qué tono tienes…

Los expertos dicen que las debilidades en el tono en la parte superior se han asociado con la mayoría de los fraudes financieros modernos. Un tono pobre puede incluir un desdén por los controles internos, un énfasis excesivo en los beneficios a expensas de la ética, la creencia de que el cumplimiento de la ley es suficiente para una conducta ética defendible, tener un juicio nublado debido a conflictos de interés, y la falta de adhesión a las expectativas públicas de lo que constituye un comportamiento ético para los ejecutivos

Disponer de un modelo de compliance razonable demuestra la sensibilidad de la organización y de su equipo directivo con una gestión responsable. Los estándares de compliance más avanzados inciden en el rol clave de la máxima dirección en el impulso de modelos de compliance, siendo uno de los aspectos que evidencian el llamado “tone at the top” –últimamente referido también como “tone from the top”, incidiendo así sobre su permeabilidad vertical-. Puede incluso suceder que la aprobación de un determinado modelo de compliance por el máximo órgano de gestión societario sea una exigencia legal.

Alejandra Mastrangelo

[1] KPMG es una empresa de servicios profesionales y uno de los cuatro grandes auditores, junto con Deloitte, EY y PwC.